VIERNES 10 DE AGOSTO
Eladio y los Seres Queridos .. Sidonie .. The Bright .. The Gift ..
.. Dinero .. Corizonas .. We Are Standard .. Love Of Lesbian ..
.. Kakkmaddafakka .. La Casa Azul
Uno de los grandes aciertos de Sonorama, sin duda alguna, son los conciertos matutinos en la Plaza del Trigo y alrededores, ya que distingue al festival de otros eventos y crea un ambiente único e irrepetible, con esas hordas de gente (no solo de asistentes al festival en el recinto, sino también arandinos y personas que llegan de los alrededores) en busca de buena música y buenas viandas. No llegamos a tiempo de ver a La M.O.D.A, aunque todos los comentarios que escuchamos sobre el concierto nos hicieron arrepentirnos de no haber salido antes del hotel. Sí pudimos comprobar, en cambio, cómo Eladio y los Seres Queridos se están ganando poco a poco un hueco en el panorama pop nacional. Ante una Plaza ya llena, la banda viguesa hizo vibrar al público con temas como “España a las 8”, mientras el extremo calor hizo que los integrantes de Protección Civil nos regasen con sus mangueras, algo muy de agradecer.
No entendí muy bien la ubicación de Sidonie en los conciertos de la Plaza por la mañana, ya que actuaban al día siguiente y quizás son un grupo demasiado grande para actuar en un emplazamiento con dimensiones tan reducidas, pero lo cierto es que Marc, Jess y Axel ofrecieron un concierto muy distinto a lo que nos tienen acostumbrados, con versiones de leyendas como The Who, The Velvet Underground o Bob Dylan. Se notó que el grupo venía a pasarlo bien y a hacer disfrutar a la gente, aplazando la presentación de su nuevo trabajo para el día siguiente en el recinto.
Por último, nos desplazamos hasta el escenario Red Bull Tour Bus, sito en una plaza colindante, para ver la actuación de los leoneses The Bright, dúo de fok-pop de inspiración americana e independiente, aunque en esta ocasión se presentaban con la banda al completo. El grupo, que al parecer se encuentra grabando material nuevo, se centró en su obra “Soundtrack for a Winter’s Tale”, creando un gran ambiente con canciones tan redondas como “Soundtrack” o “Your Private Garden”. A destacar la preciosa voz de Myriam y el manejo de los instrumentos “de raíces” de Aníbal, en un concierto que a buen seguro sería aún más disfrutable en un ambiente más íntimo.
Durante las primeras horas de la tarde echamos en falta la actuación de los sevillanos Maga, aunque su cancelación era conocida desde primeras horas del día anterior (al igual que la de The Zombie Kids). Tras la rueda de prensa de Love of Lesbian, nos desplazamos a ver cómo los portugueses The Gift abrían el escenario principal, con esa grave y característica voz de Sonia, su cantante. Como ellos bien indicaron, creo que el horario no hizo justicia a la trayectoria de la banda, y aunque pudieron congregar a un significativo número de personas, su concierto hubiera sido más disfrutable aún con la luna sobre nuestras cabezas. Los portugueses, con un locuaz teclista en perfecto castellano, focalizaron su actuación fundamentalmente en su reciente “Explode”, con canciones como “The Singles”, y terminaron con un “Driving You Slow” que desencadenó una emotiva explosión de confetis.
El escenario Castilla y León es Vida fue el marco donde los alicantinos Dinero, grupo que lleva varias actuaciones consecutivas en el festival, desplegaron toda la fuerza que encierran sus dos trabajos discográficos. Se trató de una de las apuestas más rockeras de todo el festival, las cabezas del público no paraban de moverse, e incluso pudimos vislumbrar atisbos de “headbanging” (curioso). Cortes como “Lo mismo”, “Trastorno Bipolar, “Vaya Panorama” o “En Invierno” dieron buena cuenta de la potencia del trío, quienes además lograron una gran complicidad con el público.
Y llegó el turno de Corizonas, para el que escribe uno de los grandes triunfadores del festival y, a todos los efectos, una banda que se ha ganado un hueco entre los grandes del panorama nacional. La criatura surgida del seno de Los Coronas y Arizona Baby ya nos dejó a todos boquiabiertos en el BBK Live hace un mes (aún recuerdo las caras de varios guiris sorprendidos por el poderío de los vallisoletano-madrileños), pero sin duda el show de Aranda, a una hora mucho más acorde y con más medios audiovisuales, mostró mejor lo que son capaces de hacer. Y es que ya la intro, con un pletórico Javier Vielba ataviado con sus mejores galas manejando un Theremin, fue premonitoria de la grandeza de lo que iba a acontecer.
Corizonas son una máquina de rock con regusto añejo perfectamente ensamblada, y da lo mismo que encaren canciones de su única obra hasta la fecha, con cortes de proporciones hímnicas como “Hey, hey, hey”, “The Falcon Sleeps Tonight”, “Run to the Woods” o “I Wanna Believe”, piezas más pausadas como “Run to the River”; o versiones como la magistral “Wish You Were Here”: todas ellas funcionan a la perfección y deleitan a un público de lo más variopinto. A nivel instrumental pocos grupos más eficientes podemos encontrar en la escena independiente hoy en día, y además tienen en sus filas a un frontman que es puro carisma, quien logró una gran interacción con el público en todo momento. Las proyecciones audiovisuales, con imágenes de westerns, santos, vírgenes etc. encajaron a la perfección con el espíritu del grupo. A destacar también las excelentes covers de “Piangi con me” o “I’m Alive”, incluidas en su último single.
En el escenario Castilla y León es Vida los getxotarras We Are Standard daban rienda suelta a sus pop-rock de profundos aires electrónicos, con un directo animado y dinámico que observamos desde la distancia mientras cenábamos algo. Paralelamente a su actuación, buena parte de los asistentes se posicionaban en el Escenario Ribera del Duero para coger sitio para el concierto de Love Of Lesbian.
Los barceloneses eran, sin ningún género de dudas, una de las bandas más esperadas por parte del público, ya que un simple vistazo a las camisetas (impresionante el número de fans de John Boy) daba cuenta del seguimiento masivo que despierta el grupo. Un combativo Santi Balmes (impagables sus comentarios sobre la subida del IVA) comentaba en la rueda de prensa que, al tratarse de un festival, el concierto iba a ser distinto a lo que suelen realizar durante las actuaciones de presentación de su nuevo disco, ya que según él muchos de los asistentes no conocían al grupo. A decir verdad, a un servidor el concierto le dejó frío, pues no he terminado de asimilar su última obra “La Noche Eterna-Los Días No Vividos”. Esta claro que mi caso no es paradigmático, puesto que la comunión con el público es total incluso con temas nuevos como “Wio”, “Si tú me Dices Ven, Yo Digo Affleck”, “Nadie por las Calles” o “Antenas y Pijamas”, aunque quizás aglutinaron demasiados temas nuevos al principio. El grupo genera gritos, palmas, emoción e incluso cierto histerismo, y desde luego eso es algo loable en una banda que surge de la independencia, aunque esa actitud fanática yo no la entienda demasiado. Con un Balmes extremadamente bailongo, que se cambió de camiseta en escena, el grupo no se olvidó de hits como “Me Amo”, “John Boy”, una ralentizada “Allí Donde Solíamos Gritar” o “Incendios De Nieve”, terminando con su archiconocida “Algunas Plantas”. Love Of Lesbian, tal y como vienen señalando, han querido dejar un poco al margen su lado más cómico (los disfraces etc.) y festivo, aunque sin duda es el que mejor funciona, visto lo visto durante su concierto.
Posteriormente, y con una difícil papeleta para levantar al respetable, los noruegos Kakkmaddafakka hacían acto de presencia justo después en el otro escenario, con esa peculiar mezcla estilística en la que lo mismo te conjugan reggae y sonidos tropicales que otros más propios del rock o del pop. La verdad es que su concierto fue pura adrenalina, con un aire festivo notable, aunque los que estábamos ya algo faltos de energía éramos nosotros, tras una jornada maratoniana. Aún así, pudimos dar cuenta del buen hacer y de su variada instrumentación en temas como “Heidelberg”.
Por último, La Casa Azul y su peculiar pop electrónico clausuró la jornada en el escenario principal, aunque mi escasa afinidad musical con la propuesta del grupo y el cansancio acumulado nos hicieron batirnos en retirada en las fases iniciales de un concierto del que, por otro lado, la gente parecía disfrutar al máximo.
Texto: Álvaro R Osuna.
Fotos: Jacobo R. y Kike Oquiillas. Cedidas por la organización