DOMINGO 12 DE AGOSTO
.. Marcus Doo & The Secret Family .. Smile .. Havalina ..
.. Xoel López .. Eric Fuentes & el Mal ..
.. Napoleon Solo .. The Primitives .. Maika Makovski ..
.. Russian Red .. Lüger .. Calle 13 ..
Cuarto día de festival y las primeras horas de la mañana registraban un volumen mucho menor de gente que los días precedentes, tan poco que la Plaza del Trigo mostraba un aspecto un tanto desangelado cuando salieron a escena Marcus Doo & The Secret Family. El combo internacional (dos escoceses, un español y un francés) ejecutó ese folk con ramalazos noise que tan bien saben hacer y, afortunadamente, a medida que avanzaba su actuación, el número de asistentes fue creciendo. Todo un placer escuchar esas bonitas piezas acústicas con subidas de intensidad a primera hora de la mañana. Después de ellos y con la plaza ya casi llena, Smile consiguieron despertar definitivamente a los sonoritos y sonoritas con un concierto tremendamente animado en el que se percibían ecos musicales de décadas lejanas.
Me resulta ciertamente curioso ver cómo Havalina, una banda que en múltiples ocasiones roza el stoner o el metal alternativo, ha calado tan hondo en el público seguidor del pop y el indie. Supongo que será por la calidad de la música, y de eso el trío madrileño va sobrado. Esta vez con su banda madre, Manuel Cabezalí y compañía salían a la Plaza para ofrecer todo un recital de fuerza y distorsión La banda es un auténtico tornado sobre el escenario, un torrente de brío y garra con clase, y además contaron con sonido prácticamente inmejorable, especialmente en las guitarras. El repertorio giró esencialmente sobre “Las Hojas Secas”, su última obra, como la monumental “Desierto”, “Tu Ciudad”, “Mordiente”, u “Objetos Personales”, y además adelantaron algún corte de su próxima obra, de inminente aparición, que aumentó la expectación de todos los que nos declaramos seguidores suyos.
Pero la mayor sorpresa para el público estaba por llegar. Xoel López, alma matter de los añorados Deluxe y ahora a la cabeza del proyecto con su propio nombre, había decidido actuar en la Plaza del Trigo (espacio que reivindicó frente a los escenarios en el recinto) con motivo de su cumpleaños. La noticia ya había sido adelantada por la organización a través de Twitter, pero el anuncio por parte de Javier Ajenjo tras el concierto de Havalina provocó el delirio. Y allí se presentó Xoel, únicamente acompañado por su guitarra, un stompbox y una pandereta en los pies, y la ayuda de una corista/percusionista con aire minimalista. Su repertorio se basó en su reciente “Atlántico”, con canciones como “Tierra”, aunque también hubo momentos para canciones de Deluxe como “Reconstrucción” (que abrió el concierto) o “Historia Universal”. Sorpresa más que agradable y todo un detalle al público en una fecha de celebraciones (también era el cumpleaños de Javier Ajenjo).
La tarde la iniciamos con apenas dos canciones de Eric Fuentes & el Mal, ya que justo coincidió con la rueda de prensa de valoración del festival. Lo poco que pudimos ver puso de relieve que su nuevo proyecto sigue las coordenadas de su anterior banda, The Unfinished Sympathy: rock alternativo vigorizante.
Posteriormente, y ya con un escenario más concurrido, Napoleón Solo conjugaban canciones de sus dos discos, ofreciendo un buen nivel en temas como “Tiene Que Acabar”, y después los míticos Cooper inundaban el escenario de melodías power pop con sus característicos aires mod y píldoras tan redondas como “Hyde Park”. Por otro lado, The Primitives, leyendas del indie británico, mezclaban canciones de su disco de reunión con clásicos entre los que no podía faltar, como era de esperar, el mítico “Crash”. Lentejuelas y vitalidad para encarar la última jornada del festival.
Que Maika Makovski es uno de los secretos mejor guardados de nuestra escena es, irónicamente, algo que cada vez conoce más gente, pero aún hay quien que se sorprende con la potencia de la mallorquina sobre las tablas. Da igual que se ponga al piano o que agarre esa preciosa guitarra de caja: Maika es eléctrica y quieras o no te acaba atrapando. A ratos cabaretera, a ratos pantanosa y siempre sensual, intercaló fundamentalmente canciones de sus tres últimos trabajos, maravillas como “Lava Love” o “Iron Bell” que siempre logran satisfacer al iniciado y predisponen a profundizar en su obra al neófito. Una nueva lección más de una Maika que, como de costumbre, estuvo pletórica.
Sin embargo Russian Red, a pesar de un concierto impecable en lo musical, no logró esa conexión que sí consiguió Maika. La banda desempeña su labor de manera altamente eficaz y Lourdes posee una bonita voz, pero quizás falto algo. No se puede negar que piezas como “The Sun The Tree” o “Cigarettes” funcionan, pero probablemente faltó la intensidad que sí mostraron otras coetáneas suyas.
Había oído hablar de las bondades de Lüger en directo, y su actuación contribuyó a verificar lo que me habían contado. Esa mezcla de psicodelia de los 60 y los 70 con krautrock y flujos de intensidad crea un ambiente envolvente que quizás no todos entendieron, por lo atípico de su propuesta, pero personalmente me pareció un acierto colocar a la banda madrileña en un horario y en una ubicación así. Por momentos salvajes, por momentos densos y psicodélicos, los amantes de estos sonidos disfrutamos de lo lindo con canciones como “Dracula’s Chauffeur Wants More”.
Y llegaron los portorriqueños Calle 13, quizás la banda más desubicada en el cartel a nivel estilístico, convocando a un gran número de seguidores que vinieron casi en exclusiva a verlos a ellos. El combo de música urbana, ganador de varios Grammys, nos levantó el ánimo en un momento en el cual las fuerzas ya flaqueaban. Tras unos problemas técnicos iniciales, la banda de los hermanastros René Pérez y Eduardo Cabra nos insufló combustible a base de percusiones latinas, vientos, ritmos autóctonos, reggaetón y esa peculiar mezcla de voces masculinas y femeninas rapeadas y cantadas. Por otro lado, René se mostró locuaz en todo momento, con continuas alusiones a su barrio, a la protesta social en España, a la independencia total de Puerto Rico o al respeto a las distintas opciones sexuales. Para ser honesto, no me esperaba mucho de este concierto, ya que se trata de un estilo musical en el que no tengo demasiado interés, pero canciones como la inicial “Baile de los Pobres”, ”La Vuelta al Mundo”, “Latinoamérica o “Fiesta de Locos” resultan tremendamente eficaces a la hora de hacer que muevas el cuerpo.
Y así, con una fiesta de locos, se puso fin a una nueva edición de Sonorama Ribera, otra edición más que recordaremos con mucho cariño. Buena organización, oferta musical amplia, eclecticismo musical, mezcla de grupos consagrados y emergentes, actividades variadas y un emplazamiento idóneo: elementos más que suficientes para tener garantizado el éxito. Ante los rumores, siempre presentes, de que el festival puede ser trasladado a otra localidad o incluso que puede que no haya Sonorama 2013 solo cabe desear que no se cumplan, puesto que se ha logrado crear algo muy especial, un evento que ya es mítico y forma parte de todos aquellos que amamos la música. Y tampoco se entendería Aranda sin Sonorama, ni Sonorama sin Aranda, la comunión entre ambas partes es tan perfecta que cuesta imaginarse el festival en otro lugar. Por último, desde aquí dar las gracias a Art de Troya por su magnífico trato a la prensa durante todo el festival: así da gusto .
Texto: Álvaro R Osuna.
Fotos: Jacobo R. y Kike Oquiillas. Cedidas por la organización